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24.11.14

La muerte como parte de la vida

Hoy leía en el periódico, a propósito de al evolución de los servicios funerarios, algo así como que la gente acepta la muerte como parte de la vida. Este tema, que se me regurgite últimamente con bastante frecuencia, nos es común a casi todos en la infancia, cuando llorando exclamamos a nuestros progenitores que no queremos morir...  

A mí, el tema de la vida y la muerte, me viene a la cabeza cada vez que conozco una noticia de una muerte prematura, de un accidente y, sobretodo, de muertes por causas coronarias o cáncer; en esos momentos, casi con angustia, suceden por mi cabeza pensamientos como lo frágil que es la vida y sobretodo, cual es el sentido de la misma.

Es curioso como la experiencia moldea el pensamiento, y este va cambiando. Recientemente, me vino una nueva manera de enfocar la existencia, esto es, como una aventura, un camino cuyo fin importa, pero no tanto como meta a conseguir (que también), si no por la conveniencia de seguir caminos de interés propio. No es fácil seguir el camino que uno quiere, sobretodo en aquellos momentos en que el contexto se encarga de ir poniendo trabas, pero es deber del ser con posibilidades de elección, luchar por ello. Existen muchos caminos para un mismo fin, ahí la gracia de la vida; no solo produce satisfacción llegar a un objetivo, si no que también el camino recorrido por conseguirlo, o por lo menos así debería ser.

Pienso en el día que muera, qué será de mi. Siendo uno un ser apartado de las religiones y sus explicaciones post-mortem, la ciencia todavía no arroja conocimiento sobre cómo afrontar la relación entre la consciencia de uno (alma en la nomenclatura religiosa) y lo que sucede después de la muerte. Con lo que mis pensamientos al respecto se quedan en el limbo, en busca de cualquier posible explicación.
Interesantes me parecieron dos conceptos entre los que encontré alguna connotación: la teoría de cuerdas y el diseño inteligente.
Dicha teoría, que tanto me ilusionó al principio, sobretodo por inducir la posibilidad de universos paralelos, cuyas posibilidades filosóficas, son en nuestros tiempos, inconmensurables, se apagó a medida que más iba descubriendo sobre ella, y que, cuya ironía era, que contra más aprendía sobre la teoría de las cuerdas, descubría menos probabilidades de su realidad y plausibilidad. Quedó descartada a los pocos meses, no sin dejar grandes vivencias acompañado de "El Atlas de las Nubes", "La Teoría M", "los gravitones" o "Dr. Manhattan".
El diseño inteligente, aunque esperanzador al principio acompañado de Neil deGrasse Tyson, sobretodo cuando Newton hablando sobre el sistema solar y al límite de su conocimiento en la materia en 1687 dice: "solamente podría proceder del consejo y dominio de un ser inteligente y poderoso", se desvanece cuando, a pesar de estar presente en la historia de la ciencia, se cancela a si mismo cuando posteriores científicos (para Newton, Laplace) confrontan problemas que no se entendían y se atribuían a  causas divinas. Lástima, porque mi carácter racional, intuyo que hubiera encajado bastante bien la presencia Divina argumentada por los mayores científicos de la humanidad.

Con lo que volvemos al principio, a falta de entender el sentido de la existencia de la asombrosa consciencia humana en el universo y, sin embargo, lo frágil que puede llegar a ser esta en la vida, no nos queda otra que, con la ayuda de las exigencias de la sociedad opresora de sueños, ser sumisos y aceptar la muerte como parte de la vida.

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