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13.6.15

III

Hoy leí como alguien decía "no estás viviendo, estás existiendo". El comentario hacía relación a darle sentido a la vida, vivir con un propósito, vivir plenamente, etc. Me pareció curioso el comentario porque yo siempre he sostenido que el problema no es el sentido de la vida, estrictamente hablando, sino el sentido de la existencia. Términos que a pesar de la ambigüedad que puedan causar, a veces se usan indistintamente.

Hablemos del sentido de la vida. Es fácil de expresar teóricamente y relativamente difícil de poner práctica. En teoría, se trata de tener objetivos, metas a las que llegar, algunas se miden en instantes otras en estados; tener un trabajo en el que uno se sienta realizado es más un estado que un instante, conseguir correr una maratón es, en este sentido, más un instante (justo cuando se llega a la meta), que no un estado. Algunos quieren crear una familia, tener una vida saludable, cerca de su familia, una vida tranquila y más bien sosegada, disfrutando el día a día, otros se centran en su trabajo, sobretodo, profesionales como deportistas de élite, en donde toda su vida gira alrededor del deporte. Otros, prefieren vivir la vida "al máximo", haciendo actividades centradas en la provocación emocional: paracaidismo, deportes de lucha, montañismo, etc... 

Sea cual sea la combinación, es fácil de entender en estos términos a lo que nos referimos con el sentido de la vida, y se intuye claramente cómo conseguirlo. Es por esto que digo que no veo problema al tratar de hablar sobre el sentido de la vida, que salvo circunstancias no es difícil de definir; cada cual da un sentido a su vida y que puede modificar a lo largo de la misma. Luego la puesta en práctica será más o memos compleja según el grado de conformismo y aspiraciones de cada uno.

Otra cosa es el sentido de la existencia, sobretodo la humana. Hemos visto que el propósito que le dé cada uno a la vida puede ser más o menos definido en un contexto, y tiene una connotación predominantemente pragmática. El sentido de la existencia, sin embargo, toma una perspectiva, más racional, hipotética y según como, espiritual (entendiéndose esta fuera del dominio de las religiones).
Podríamos decir que el sentido de la vida es la expresión individual en una persona, a lo que el sentido de la existencia es para la especie humana. La globalidad intrínseca del sentido de la existencia es la causa de su complejidad y dificultad.

Me atrevo a inducir que con la existencia del ser humano, nace la razón, la racionalidad, la capacidad y necesidad de definir y comprender todo nuestro entorno, desde relaciones, objetos, hasta acontecimientos o el mismo universo. 
Si la capacidad de conocimiento nace con el ser humano, podríamos decir que este usa al ser humano como medio para su expansión. Teniendo los humanos una parte racional y otra emocional y las dificultades que representa vivir con las dos, no parece descabellado pensar que somos una especie de transición. Un ser vivo previo a otras manifestaciones racionales que se alejen de lo emocional. Luego, parece como si los robots con inteligencia artificial son el siguiente paso evolutivo, (u otra especie que no tenga tanta dualidad emocional-racional y que sea principalmente racional), siendo la adquisición de conocimiento el marco de referencia.

Quizás es por eso que los humanos somos evolutivamente hablando tan inestables. A lo largo de la historia, muchas han sido las guerras que (siempre) han causado retrasos en la evolución humana. Poseemos gran capacidad de compasión, altruismo, bondad, inteligencia, interpretación y comprensión, amar al prójimo y todo lo que nos rodea... capaces de viajar por el espacio y aterrizar en otros astros mas por otro lado, incapaces de acabar con el sufrimiento, ni siquiera el humano. La explotación es la base de la evolución humana, explotación del medio ambiente, de los animales no humanos, incluso de nuestros semejantes. Capaces  entrados en el siglo XXI, de permitir que casi 1 millón de personas no tengan ni siquiera suficiente alimento para vivir, de que la mayoría de la población padezca algún tipo de sufrimiento que impida la propia realización personal (aquí entraría en juego el concepto de sentido de la vida), la sensación de bienestar personal y felicidad.

Es fácil pues darse cuenta de la imperfección humana, de sus dualidades (emoción-razón, explotación-compasión, amor-odio, conocimiento-ignorancia...) y pensar que no somos ni mucho menos el último eslavón evolutivo. (Más referencias al hablar del concepto del tiempo en relación al universo, el Big Bang y la singularidad tecnológica).

El sentido de la existencia humana es la pregunta principal de toda mi etapa adulta, antaño expresada como sentido de la vida...

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